La hipersensibilidad auditiva o hiperacusia es una faceta significativa en la experiencia de las personas con trastorno del espectro autista (TEA). Este fenómeno, también conocido como hiperacusia, se manifiesta como una reacción exagerada o extrema sensibilidad ante los estímulos sonoros del entorno. En el contexto del autismo, la hipersensibilidad auditiva puede generar malestar, ansiedad y dificultades para la integración social en situaciones cotidianas.
En este artículo, exploraremos a fondo la hipersensibilidad auditiva en el autismo, comprendiendo sus causas, manifestaciones y, sobre todo, proporcionando estrategias y consejos prácticos para ayudar a las personas autistas a sobrellevar esta sensibilidad auditiva exacerbada.
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Causas de la hipersensibilidad auditiva
Primero de todo, comencemos por entender las causas de la hipersensibilidad auditiva.
- Sensibilidad Neurológica: Algunas investigaciones sugieren que la hipersensibilidad auditiva podría estar relacionada con el procesamiento atípico de los estímulos sensoriales en el sistema nervioso central. Esto puede implicar una mayor excitabilidad de las neuronas auditivas o dificultades en la inhibición de ciertas respuestas nerviosas, lo que resulta en una percepción intensificada de los sonidos.
- Daño en el Sistema Auditivo: Lesiones o daños en el oído medio o interno, como traumas acústicos, infecciones del oído o enfermedades vestibulares, pueden aumentar la sensibilidad auditiva y contribuir a la hipersensibilidad en personas con autismo.
- Trastornos Neurológicos y del Procesamiento Sensorial: La hipersensibilidad auditiva puede estar asociada con trastornos neurológicos adicionales, como el síndrome de Asperger, la migraña o el trastorno por estrés postraumático, que afectan la percepción sensorial y la respuesta a los estímulos auditivos.
- Factores Genéticos: Existe la posibilidad de que ciertas personas tengan una predisposición genética a desarrollar hipersensibilidad auditiva. Estudios han sugerido la influencia de la genética en la sensibilidad sensorial en general, incluida la sensibilidad auditiva en el autismo.
- Exposición a Ruidos Intensos o Constantes: La exposición prolongada a sonidos fuertes o situaciones ruidosas puede causar daño en el sistema auditivo y aumentar la sensibilidad auditiva en personas con autismo. Esta exposición puede ocurrir en entornos cotidianos o como resultado de actividades recreativas o laborales.
¿Por qué es tan común la hipersensibilidad auditiva en personas con autismo?
Una pregunta muy típica es por qué tienen esa relación la hipersensibilidad auditiva y el transtorno del espectro autistas. Según los expertos, esto puede deberse a varias razones.
- Procesamiento Sensorial Atípico: Las personas con autismo a menudo experimentan un procesamiento sensorial atípico, lo que significa que sus sentidos pueden percibir y procesar los estímulos de manera diferente a la población general. Esta atipicidad en el procesamiento sensorial puede manifestarse como hipersensibilidad auditiva, donde los sonidos cotidianos pueden percibirse como abrumadores o dolorosos.
- Dificultades en la Inhibición Sensorial: Se ha observado que algunas personas con autismo tienen dificultades para filtrar o inhibir ciertos estímulos sensoriales, lo que puede llevar a una mayor sensibilidad a los sonidos. Esta falta de inhibición sensorial puede hacer que incluso los sonidos suaves o comunes se perciban como excesivamente intensos o perturbadores.
- Condiciones Neurológicas Asociadas: El autismo está frecuentemente asociado con otras condiciones neurológicas, como el síndrome de Asperger, el trastorno por estrés postraumático o la migraña, que también pueden influir en la sensibilidad auditiva. Estos trastornos pueden afectar el procesamiento sensorial y aumentar la susceptibilidad a los sonidos.
Importancia especial de la hiperacusia en niños con autismo
La hipersensibilidad auditiva o hiperacusia en niños autistas presenta desafíos únicos debido a su impacto en el desarrollo del lenguaje y la sensibilidad al volumen. Según un estudio de la revista Autism Research, los niños autistas pueden experimentar dificultades para oír en frecuencias cruciales para el procesamiento del habla. Además, investigaciones realizadas en Francia sugieren que los niños con autismo perciben los sonidos por encima de 40 decibelios como más fuertes en comparación con sus pares neurotípicos.
Esta mayor sensibilidad al volumen puede hacer que los entornos ruidosos sean especialmente estresantes para ellos. La exposición constante a altos niveles de ruido también aumenta el riesgo de hipoacusia, lo que agrava su sensibilidad auditiva y puede afectar su desarrollo cognitivo a largo plazo.
¿Cómo perciben el sonido las personas con autismo?
Para las personas con TEA, la sensibilidad auditiva va más allá de simplemente molestarse por sonidos fuertes. Su experiencia sensorial incluye una amplia gama de frecuencias sonoras, tanto agudas como graves. Esto significa que no solo reaccionan de manera exagerada ante ruidos estridentes, sino que también pueden experimentar molestias con sonidos más suaves o moderados que otros pueden tolerar sin problemas.
Imagina estar en un lugar donde varios sonidos compiten por tu atención: la conversación de las personas, el zumbido de las luces, el murmullo de fondo. Para alguien con TEA, estos sonidos pueden ser abrumadores y causarles malestar.
Para que entendamos esto, es recomendable ver un vídeo donde se simula cómo percibe los diferentes sonidos una persona con autismo.
Formas de enfrentar la hiperacusia en autistas
¿Es posible mejorar la hipersensibilidad auditiva en personas con autismo? La respuesta es sí. Para aumentar la tolerancia a los sonidos y las frecuencias en individuos autistas con hipersensibilidad auditiva, existen diversas estrategias y tratamientos.
- Ambientes controlados: Crear espacios tranquilos y libres de ruido excesivo donde la persona pueda retirarse cuando se sienta abrumada. Estos lugares de «calma» pueden funcionar como refugios seguros donde puedan relajarse y recuperarse.
- Comunicación y comprensión: Fomentar una comunicación abierta para que la persona pueda expresar cómo se siente en relación con los sonidos y las frecuencias. Escuchar sus necesidades y preocupaciones es fundamental para brindar un apoyo efectivo.
- Programación gradual de exposición a sonidos desagradables: Gradualmente, exponer a la persona a sonidos que le resulten incómodos, permitiéndole adaptarse progresivamente a ellos. Esta técnica se conoce como «desensibilización sistemática».
- Uso de tecnología: Aplicaciones y dispositivos diseñados para reducir el ruido o proporcionar terapias auditivas específicas, como la reeducación auditiva, pueden ayudar a mejorar la tolerancia a ciertos sonidos.
Cascos antiruido, la forma más eficaz de combatir la hipersensibilidad auditiva.
Como no podía ser de otra manera, hemos dejado lo mejor para el final. Aunque las estrategias vistas arriba ayudan, la mejor opción para combatir la hipersensibilidad auditiva son los auriculares o cascos antiruido para autistas. Estos auriculares amortiguan el ruido ambiental sin producir sonidos adicionales, proporcionando un alivio inmediato en entornos ruidosos.
¿Cascos antiruido con cancelación activa o pasiva?
A la hora de comprar unas orejeras para una persona con autismo, nos encontraremos en el mercado con 2 tipos de cascos antiruido: de cancelación activa o pasiva. En resumen, los de cancelación activa incorporan micrófonos que captan los ruidos del entorno, y emiten unas ondas inversas que cancelan estos ruidos. Por el contrario, los de cancelación pasiva simplemente son una barrera física que dificulta el paso del ruido del exterior a nuestros oídos.
¿Qué es mejor para autistas? Según los expertos en audición, lo mejor para autistas es utilizar cascos antiruido de cancelación pasiva, ya que dada la hipersensibilidad auditiva de estas personas, este tipo de cascos ofrecen una barrera física a los sonidos sin añadir ningún tipo de estímulo. Además, son cascos más simples y baratos.
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